Presidente de la Cámara de Industrias alerta que más empresas se debilitaron en estos años y se irían del país
El presidente de la Cámara de Industrias, Leonardo García, sostiene que la salida de Yazaki es un claro indicador de la creciente crisis que atraviesa la industria nacional, un fenómeno que ha proliferado durante el mandato de Luis Lacalle Pou.
El presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Leonardo García, aseguró que es fundamental trabajar en la creación de políticas que permitan al sector recuperar la competitividad que ha perdido en los últimos años.
Según García, el caso de la multinacional Yazaki -la cual cerró sus operaciones en Uruguay- refleja un problema mayor que afecta a toda la industria. Otros grupos empresariales están comenzando a retirarse del país, lo que incrementa la preocupación sobre el futuro industrial uruguayo.
Sin que García lo diga, se infiere que esto sucedió en los últimos años, durante el gobierno de Luis Lacalle Pou.
García enfatizó que la necesidad de modernizar las relaciones laborales con los sindicatos es clave para evitar un ambiente de conflictividad persistente. Refirió que la industria podría sufrir otros cierres similares al de Yazaki, si no se implementan mejoras en la competitividad.
En ese sentido, subrayó que el 50% de la producción del sector industrial está destinada a la exportación, lo que resalta la urgencia de contar con mejores condiciones para competir en mercados globales.
Retos de la industria nacional
El líder de la CIU expuso que el cierre de Yazaki no es un caso aislado. Aseguró que otros sectores están mostrando signos de preocupación por la competitividad en el contexto actual. “Si al comunicado de la empresa le borramos el nombre y le ponemos el de las últimas industrias que se fueron, le cabe perfecto”, afirmó García, reflejando una visión crítica sobre la situación que enfrenta la industria nacional.
Agregó que algunas empresas están viendo reducciones en su producción o están considerando su salida de Uruguay. “No queremos eso”, sentenció. El problema principal, según García, radica en la competitividad que se ha visto afectada por regulaciones cada vez más complejas y costosas para las empresas. Esto genera un ambiente poco favorable para la producción local.
Factores que afectan la competitividad
García identificó varios factores que están deteriorando la competitividad. Mencionó que el tipo de cambio es una variable importante, pero no el único. La acumulación de regulaciones, nuevos impuestos y trámites burocráticos son aspectos que también impactan negativamente. El tiempo y los costos de obtener habilitaciones son elementos que tienen un peso considerable.
«Si vas sumando todos estos factores, deterioran la posibilidad de que una industria nacional compita», dijo García. Además, hizo hincapié en la importancia de la energía en este contexto. Según él, Uruguay ha realizado inversiones significativas en su matriz energética y es hora de que esos costos se reflejen favorablemente en los sectores industriales.
Importancia de las políticas industriales
Al discutir la posibilidad de un cambio de gobierno, García enfatizó que la CIU no tiene problemas con la alternancia política, siempre que se mantenga un enfoque en las políticas industriales que beneficien al sector. «Apoyaremos a cualquier gobierno que impulse acciones que mejoren las condiciones de la industria nacional», afirmó, subrayando la necesidad de un enfoque a largo plazo.
En cuanto a la competencia de las empresas del mercado interno, García destacó que es crucial establecer una política país que potencie la producción local. Señaló que las regulaciones actuales, que no diferencian entre productos importados y nacionales, crean un entorno desfavorable para los emprendedores nacionales, especialmente las micro y pequeñas empresas.
Relaciones con los sindicatos
García abordó de manera explícita la relación entre la industria y los sindicatos, señalando que la situación actual a menudo se asemeja a la de Yazaki. “Es un desafío para la CIU establecer una relación más madura con el sector sindical”, comentó. Para él, es esencial lograr un diálogo que no se base en la conflictividad, sino en buscar soluciones conjuntas que beneficien a ambas partes.
Reflexionó sobre cómo la conflictividad en los sectores puede desalentar no solo la inversión, sino también el empleo. García planteó que hay intereses comunes que deben ser potenciados y que la falta de diálogo frecuentemente resulta en consecuencias negativas para los trabajadores y para el entorno industrial en general.
García concluyó sus observaciones reiterando que es vital para el país ser productor y no solamente importador. Afirmó que no existe un país desarrollado sin una industria robusta y destacó la importancia del diálogo con las organizaciones sindicales. La necesidad de alcanzar un consenso se convierte en un imperativo para avanzar hacia un panorama más favorable para la industria uruguaya.
LA REPÚBICA