«No quiero que mis hijos crezcan en Brasil»
Para la activista y refugiada congoleña Prudence Kalambay, la muerte de Moïse intensifica el miedo a la violencia contra inmigrantes.
La muerte de Moïse Mugenyi Kabagambe, de 24 años, intensificó el sentimiento de la refugiada congoleña Prudence Kalambay, de 41 años, de salir de Brasil. La activista por los derechos de los inmigrantes y refugiados en el país teme que la suerte de sus hijos sea la misma que la de Moïse.
Prudence, que vive en São Paulo, es madre de cinco hijos, entre ellos dos varones. Como son negros con ascendencia congoleña, teme que crezcan en Brasil. «Aunque nacieron en Brasil, no veo a mis hijos creciendo aquí. Estas cosas duelen. Esta madre [de Moïse] nunca imaginó que perdería a su hijo así. El chico no robó. Aunque robara, nadie tiene derecho a quitar la vida a otra persona, existe la Ley», dice.
Prudence dice que también está preocupada por su hija mayor: Ella, al igual que Moïse, es extranjera, nació en la República Democrática del Congo y tiene 20 años. Prudence llegó a Brasil con esta hija y el estatus de refugiada hace unos 14 años. Actualmente, tiene cuatro hijos más y una nieta. En los últimos años, dice, ha visto un aumento de las situaciones de xenofobia y racismo. Si pudiera, emigraría a otro país para evitar más limitaciones, admite. (Folha Internacional)