Ex secretario general Andrés Klein sembró dudas sobre la versión del hackeo contra la Intendencia
El exsecretario general de la Intendencia, Andrés Klein, sembró dudas respecto al hackeo sufrido por los sistemas informáticos de la Comuna. Aunque dijo estar a la espera de un informe que eche luz al respecto, afirmó que en los pasillos se dice que pudo tratarse de un atentado interno con el propósito de eliminar información y que ocurrió apenas pocos días después de los procesamientos en Artigas por las irregularidades en el cobro de horas extra. Por otra parte, aseguró que en los dos meses que estuvo en el cargo ni él ni la intendente Nancy Núñez tuvieron acceso a la información contable.
¿HACKEO O SABOTAJE?
Consultado por EL TELEGRAFO sobre el tema al que había aludido más temprano en una entrevista en Radio Felicidad, Klein afirmó que muchos de los funcionarios con los que habló no se creen la versión oficial sobre el episodio informático que terminó con la pérdida de información. “Hay un informe que está dando vueltas, que todavía no ha llegado a mis manos, que indica alguna intencionalidad, no de un hackeo de los que se habla hoy, sino que sería otra estructura del daño que se hizo y que no sería de afuera”, señaló. Esto es “por lo menos lo que me dijeron en off”. Al ser preguntado sobre el origen de este informe, se limitó a indicar que fue elaborado por “una persona que sabe del tema, que está en el tema”. El exjerarca fue un paso más allá y relacionó el momento histórico en que se dio, “porque había algunos expedientes muy complicados, dicho por algunos ediles de ellos, blancos, y a los siete días que sucede el episodio con Valentina de los Santos allá arriba en Artigas, pasa eso acá. Los expedientes se nos borran todos”.
SITUACIÓN FINANCIERA
Por otra parte, el exjerarca –destituido por la jefa comunal tras una denuncia por el uso de un automóvil oficial con propósitos personales– señaló que no puede dar “una opinión fina” sobre la situación financiera de la Intendencia, porque “nunca pude ver los números”. Agregó que el día que se lo citó al contador (aludiendo Martín Thomasset) lo estuvimos esperando a las diez de la mañana Nancy Núñez, quien hoy en día es secretaria general, y yo. Dijo que no lo había puesto en su lista de la agenda y faltó”. Tampoco al otro día se presentó. “Estaba enfermo. Ahora veo que está en la lista 51 y bueno, quizás eso sea una explicación de por qué no nos querían mostrar los números”. La información se le había solicitado varias veces, “porque hay un sistema, el SIFI –Sistema de Información Financiera– se llama, al cual si no te lo explicaba él no había forma de verlo. Yo no pude saber nunca en los dos meses cuánta plata había, cuál era el gasto, el movimiento, las deudas, el plan de pago, cómo se hacían los pagos, porque después las empresas me llamaban a mí para que les moviera un pago u otra cosa”. Durante ese tiempo funcionaron a ciegas. “Es imposible, es un estrés constante y es una responsabilidad que uno tiene, porque los responsables éramos dos ahí adentro, y la confianza en él, pero no podías confiar en realidad”, dijo.
EL TELEGRAFO