El nitrógeno irrumpe en las elecciones neerlandesas
La reducción de las emisiones de nitrógeno vinculadas a la agricultura, uno de los temas calientes en los comicios neerlandeses. La mitad de su territorio es agrícola.
Menos de 18 millones de habitantes y más de 116 millones de cabezas de ganado, como pollos, cerdos y vacas. Países Bajos es el segundo exportador mundial de productos agrícolas y la mitad de su territorio esta dedicado a la agricultura: una superpotencia agroalimentaria a pesar de su diminuto tamaño.
Lo que podría convertirse en un problema para las emisiones y la deposición de nitrógeno, un elemento químico que en altas concentraciones es peligroso para la naturaleza y la calidad del agua.
Casi todas las actividades humanas lo producen, pero en Países Bajos la agricultura es la mayor culpable, responsable del 50%. «Básicamente, en Países Bajos, hay dos grandes razones por las que tenemos un problema de nitrógeno. Primero, por ser una zona muy densamente poblada y por tener la concentración de ganado más densa de Europa», ha explicado Daan Boezeman, de la Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos. Boezeman ha asegurado como segundo motivo que «Países Bajos ha hecho una interpretación bastante estricta de la Directiva Europea sobre Hábitats, que estipula que para cada nuevo tipo de actividad, se tiene que realizar la reducción de nitrógeno en otro lugar».
El anterior Gobierno se fijó el objetivo de reducir a la mitad sus emisiones de aquí a 2035.
Para ello, los ganaderos deben reducir su huella de nitrógeno o vender sus propiedades al Estado, que puso en marcha un «plan de compra» voluntario, con un presupuesto de 8.000 millones de euros.
Pero por ahora no es muy popular, ha explicado Jan Arie Koorevaar, propietario de 115 vacas en su finca de 90 hectáreas en el sur de Países Bajos. Produce 100 millones de litros de leche al año de forma casi 100% ecológica y cree que el gobierno debería centrarse más en impulsar la innovación que en reducir el tamaño de las explotaciones. «Muchos ganaderos están preocupados porque no tienen claro qué deben hacer en sus explotaciones para cumplir las exigencias del Gobierno…», se ha lamentado.
«Creo que también hay posibilidades de reducir las emisiones para los productores lácteos. Si se les puede ayudar con la financiación para reducirlas con innovaciones tecnológicas. Todavía no tenemos ese tipo de medidas. Y lo otro sería que el Gobierno ayude a que su explotación sea más extensiva. Ayudando, por ejemplo, con la disponibilidad de tierras», ha asegurado.
El tema se ha vuelto muy controvertido de cara a las próximas elecciones neerlandesas: mientras los agricultores se oponen a los objetivos actuales, algunos partidos y asociaciones ecologistas quieren aún más.
Piden que las ventas sean obligatorias en lugar de voluntarias, que las emisiones se reduzcan a la mitad para 2030 y que se establezcan objetivos más estrictos de reducción del ganado. «Exigimos que el gobierno ayude a los granjeros a hacer la transición a la agricultura ecológica con un 70% menos de animales en 2030 y un 80% menos en 2050, y que realmente ayude a los granjeros o ayude al mercado a establecer un sistema de tal manera que el granjero también tenga unos buenos ingresos produciendo comida para humanos en lugar de mucha comida para animales», ha pedido Hilde Anna de Vries, de Greenpeace Países Bajos. (EURONEWS)