Brasil llega pesimista al día de los aranceles de Trump y teme que el acero sea gravado dos veces
El gobierno de Lula espera detalles para medir el impacto; El aluminio también ya está sujeto a sobretasas y las autopartes corren riesgo.
Sin avances en las negociaciones con Estados Unidos, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (PT) llega pesimista al día del anuncio del fuerte aumento arancelario impuesto por el presidente Donald Trump, previsto para este miércoles (2). Con pocas señales desde Washington, Brasil teme que el posible arancel general se sume a otras tasas ya vigentes, generando un efecto acumulativo.
Los productos semielaborados de acero están entre los principales artículos exportados por Brasil a EE UU. Según datos del gobierno estadounidense, Brasil está entre los tres mayores proveedores de acero al país, con US$ 2,66 mil millones vendidos el año pasado.
Este martes (1º), el Senado aprobó de forma unánime el proyecto de ley que impone la reciprocidad de normas ambientales y comerciales en las relaciones de Brasil con otros países.
Como mostró Folha, el país cuenta hoy con un conjunto limitado de normas jurídicas para reaccionar de inmediato a la imposición de aranceles.
La reunión que el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, tenía programada para este lunes con el jefe de la USTR (Oficina de representación comercial), Jamieson Greer, terminó siendo cancelada. Por ahora, no hay perspectivas de una nueva reunión.
De acuerdo con un miembro del gobierno brasileño, no sería una sorpresa si la medida anunciada por los estadounidenses resulta ser «la peor» posible para Brasil. Esa persona admite que hay un alto riesgo de que Brasil esté entre los países más afectados por el fuerte aumento arancelario.
Folha Internacional