Una huelga por la subida salarial trata de paralizar una Francia descontenta
Este nuevo pulso de los sindicatos al Gobierno francés tiene lugar dos días después de la ‘marcha contra la carestía de la vida y la inacción ecológica’, convocada por la alianza de partidos de izquierda.
Varios sindicatos franceses han convocado este martes una jornada de huelga nacional y protestas en todo el país para reclamar un aumento de los salarios al ritmo de la inflación y defender el derecho de los trabajadores a hacer huelga. Se desconoce la incidencia que tendrá esta jornada de movilizaciones sociales.
A la huelga de las refinerías, que ha provocado desde hace días escasez de combustible y largas colas en las gasolineras, se suman esta jornada las protestas en varios sectores económicos en Francia: desde los transportes públicos a los colegios e institutos, pasando por los hospitales, la sanidad, la agricultura, los comercios, los puertos, el transporte por carretera y las centrales nucleares.
Las centrales sindicales denuncian que el derecho de los trabajadores a hacer huelga peligra en Francia después de que el Gobierno galo forzara hace unos días a varios operarios que bloqueaban los depósitos de combustibles a trabajar para tratar de paliar la escasez de carburante. No se espera que el país quede paralizado por esta huelga intersectorial, pero los franceses podrían vivir una jornada negra, sobre todo, en los transportes públicos y en las carreteras.
La huelga de empleados de la SNCF (la Renfe francesa) afectará a las líneas regionales y de mediana distancia, donde se espera que circulen uno de cada dos trenes. En cambio, los trenes de alta velocidad (TGV) funcionaran casi con normalidad. La la empresa del transporte público de París (RATP) espera que haya dificultades en los trenes de cercanía (RER) y en los autobuses, aunque en el metro y el tranvía se espera poca incidencia, según sus previsiones.
Nuevo pulso
Aquellos automovilistas que hayan logrado llenar el depósito de sus vehículos, podrían sufrir grandes atascos, ya que los transportistas amenazan con bloquear las autopistas y carreteras con sus camiones. Muchos padres franceses se despertaron hoy con la incertidumbre de si saber si podrían llevar o no a sus hijos a la guardería o al colegio para poder ir ellos a trabajar. Anoche se ignoraba el número de profesores, cuidadores y personal de los comedores que secundarán hoy la huelga.
Este nuevo pulso de los sindicatos al Gobierno francés tiene lugar dos días después de la ‘marcha contra la carestía de la vida y la inacción ecológica’, convocada por la Nupes, la alianza de partidos de izquierda: La Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista y Europa Ecologista-Los Verdes. En París, miles de personas – 140.000 manifestantes, según los organizadores, ó 30.000, según la policía – reivindicaron el domingo un aumento de los salarios, la jubilación a los 60 años, el bloqueo de precios de la energía y un impuesto a los grandes beneficios empresariales, entre otras cosas. (EL CORREO)