Las urgencias electorales del peronismo tensan el plan económico argentino

Las urgencias electorales del peronismo tensan el plan económico argentino

Las presiones para aumentar el déficit amenazan la austeridad fiscal que impulsa el ministro Martín Guzmán y complican las negociaciones con el FMI.

El peronismo está herido. La derrota, hace dos semanas, en las elecciones primarias y la posibilidad, cierta, de perder el control del Congreso en noviembre puso al Gobierno en una carrera frenética por recuperar los votos perdidos. La lectura de la alianza gobernante, donde domina el kirchnerismo, es que la culpa de la debacle la tiene la crisis económica. Sin tiempo para soluciones de largo plazo, la orden ha sido aumentar el gasto del Estado y llenar los bolsillos de la gente, aún a riesgo de disparar el déficit fiscal. Las necesidades electorales tensan al máximo el plan de austeridad del ministro de Economía, Martín Guzmán. Y complican, aún más, las negociaciones que Argentina mantiene con el FMI para posponer el pago de los 44.000 millones que el multilateral prestó al Gobierno de Mauricio Macri en 2018.

Argentina cerró el primer cuatrimestre del año con un déficit fiscal primario, es decir previo al pago de intereses de la deuda, del 0,2% del PIB. Hay que remontarse seis años atrás para encontrar una cifra tan cercana a cero. Pero ya en junio, el kirchnerismo, el sector de la coalición de Gobierno que responde a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, había reclamado “relajar el gasto”. Según su lectura, no era momento de ajustar los números, con la economía en recesión y la población sufriendo los estragos de la pandemia. El presupuesto 2020 permite el Gobierno un déficit de 4,2% del PIB, argumentaban, y acusaban a Guzmán de apretar las clavijas para complacer al FMI. Los sondeos ya anticipaban que el oficialismo tendría un resultado adverso en las elecciones primarias de septiembre. La derrota fue, finalmente, mucho más dura que las previsiones más pesimistas y la presión sobre Guzmán creció tanto como la crisis policía que estalló en el corazón del Ejecutivo. (El País de España)