Preocupación por la garrapata, crisis del rubro ovino y expectativas ante el nuevo gobierno: la visión de Rubén Roura, productor de Tacuarembó

Preocupación por la garrapata, crisis del rubro ovino y expectativas ante el nuevo gobierno: la visión de Rubén Roura, productor de Tacuarembó

La creciente preocupación por la garrapata, la profunda crisis que atraviesa el rubro ovino y las expectativas ante el nuevo gobierno nacional para recuperar la competitividad del sector agropecuario fueron los temas centrales abordados en Valor Alegado Norte. El protagonista de la conversación fue el doctor Rubén Roura, productor agropecuario y ex presidente de la Asociación Rural de Tacuarembó, quien ofreció una visión detallada de los desafíos y las posibles soluciones para el campo uruguayo.

Roura comenzó refiriéndose al persistente problema de la garrapata, un flagelo que afecta significativamente la operativa en el norte del país. Si bien las primeras bajas temperaturas generan expectativas de una disminución en las cargas parasitarias, el productor enfatizó la importancia de aprovechar este momento para implementar estrategias de control que permitan una primavera más estable.

Un punto crítico abordado fue la aparición de garrapatas multiresistentes, una problemática que se observa en algunas zonas. Ante esto, se ha recurrido a nuevos productos en el mercado, cuyo elevado costo (alrededor de 600 dólares el litro) genera interrogantes sobre su accesibilidad para el productor común. Roura señaló que, históricamente, con el vencimiento de las patentes, otros laboratorios comienzan a producir moléculas similares, lo que eventualmente lleva a una disminución de los precios.

En cuanto a la propuesta de implementar recorredores de campo para acompañar a los productores, tal como se planteó en Artigas, Roura se mostró parcialmente en desacuerdo. Si bien reconoció la complejidad de recorrer campos extensos, especialmente en áreas de forestación, destacó el avance de la tecnología, como el uso de drones, y la mayor limpieza en estas áreas, sugiriendo que a veces falta voluntad por parte de algunos productores. Subrayó que cuando se trata de la venta de ganado, donde hay compromisos y beneficios económicos directos, los productores se aseguran de cumplir con los requisitos sanitarios.

El impacto de la garrapata en la comercialización y los movimientos de hacienda también fue un tema relevante. Roura explicó que la presencia del parásito dificulta la salida normal de los animales de los predios, generando costos adicionales para los productores, especialmente los más pequeños, que deben invertir en tratamientos para asegurar la limpieza de sus animales. En este sentido, destacó que el nuevo producto, a pesar de su costo, ha facilitado la operativa, ya sea a través de acuerdos con escritorios rurales o mediante la adquisición de carros de tratamiento por parte de los propios productores.

La conversación viró luego hacia la profunda crisis que atraviesa el sector ovino. Roura describió la situación como incluso más compleja que el problema de la garrapata. Si bien el ovino cumple un rol fundamental en el campo al establecer el doble forraje, beneficiando tanto al ganado vacuno como al ovino, la caída del valor de la lana y los cueros ha dejado a la carne como el único producto con valor significativo. Sin embargo, el costo de la esquila hoy en día se ha convertido en un gasto más que en una inversión, a menos que se trate de razas especializadas en lana fina, que generalmente no lo son en producción de carne.

Ante la pregunta sobre la viabilidad de reactivar el rubro con políticas diferenciales, Roura se mostró pesimista, señalando la drástica reducción del stock ovino en el país en las últimas décadas. Recordó que en el pasado, los subproductos como la lana y el cuero tenían un valor considerable, lo que hacía rentable la cría de ovinos. Hoy en día, la raza Corriedale, que era la predominante por su doble propósito, está siendo desplazada por razas más enfocadas en la producción de carne, como la Texel.

En relación a la situación frigorífica para la faena ovina,  mencionó que el cierre de algunos frigoríficos ha generado un viento en contra, a pesar de que los precios de la carne ovina han experimentado una cierta recuperación. No obstante, la dificultad de trabajar el rubro persiste debido al elevado costo de la esquila, llegando incluso a casos donde productores han optado por quemar su producción de lana ante la imposibilidad de venderla.

Finalmente, se abordó el tema de los costos y la competitividad del sector agropecuario, un aspecto históricamente desafiante para el país.  coincidió en que el atraso cambiario y los altos costos internos son obstáculos tradicionales. Si bien reconoció que algunas políticas estatales, como el atraso cambiario, pueden favorecer a la mayoría de los uruguayos, expresó su desacuerdo, argumentando que el beneficio para la población en general está intrínsecamente ligado al bienestar del sector agroindustrial.

El productor señaló que, a pesar del atraso cambiario, los impuestos continúan aumentando, lo que se traduce en mayores costos en dólares para los productores al cubrir sus gastos fijos en pesos, generando endeudamiento. En este sentido, sugirió la necesidad de implementar beneficios para los productores, como tasas de interés más favorables en los préstamos, como una forma de compensar el costo indirecto del atraso cambiario.

Con respecto a las expectativas ante el nuevo gobierno nacional, Roura mencionó haber tenido conversaciones previas con representantes del sector, quienes se mostraron receptivos a sus planteamientos. Sin embargo, expresó preocupación por las señales que se están dando en materia laboral, señalando los elevados costos de la mano de obra en comparación con países vecinos como Brasil y Argentina, donde además se brindan mayores facilidades para la contratación de empleados.

En su despedida, el doctor Rubén Roura agradeció la oportunidad de compartir su visión sobre la realidad del sector agropecuario en Tacuarembó, dejando un panorama complejo pero con la esperanza de que se implementen medidas que permitan recuperar la competitividad y afrontar los desafíos que enfrenta el campo uruguayo.