Cruces y discrepancias entre Díaz y Oddone por la situación económica del país

Cruces y discrepancias entre Díaz y Oddone por la situación económica del país

Conflicto entre autoridades por diagnóstico económico: Oddone defiende solidez y Díaz alerta sobre desafíos por venir.

El ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, desvinculó sus declaraciones de las realizadas por el prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz, quien comparó la situación económica heredada del gobierno anterior con «una Ferrari fundida». Oddone destacó que Uruguay mantiene una economía sólida, respaldada por su grado inversor y capacidad para atraer inversiones, aunque reconoció «grandes oportunidades de mejora».

Durante una conferencia tras reunirse con legisladores del Frente Amplio, el ministro evitó referirse directamente a las críticas de Díaz. Enfatizó que el país enfrenta un escenario fiscal manejable pero frágil, con niveles de gasto y deuda similares a 2019, pero en un contexto global más restrictivo. «Tenemos desafíos, pero herramientas para mejorarlos», afirmó.

Oddone subrayó la buena reputación internacional de Uruguay, factor que, según él, explica el flujo de inversiones extranjeras y domésticas. «La confianza en nuestras instituciones es clave», sostuvo. No obstante, advirtió sobre la necesidad de ajustes para optimizar el gasto público y reducir vulnerabilidades, sin especificar medidas concretas.

Previamente, Díaz había cuestionado la herencia económica recibida por el gobierno de Yamandú Orsi. En entrevista con En Perspectiva, describió un panorama más complejo de lo esperado: «No es dramático, pero requiere cautela antes de anunciar políticas nuevas». Su metáfora sobre el vehículo de lujo dañado generó tensiones dentro de la coalición oficialista.

El prosecretario defendió la cautela del Ejecutivo, señalando que primero deben atender compromisos financieros urgentes, como los pagos al Ferrocarril Central (US$ 165 millones) y a Pluna (US$ 50 millones). «No podemos gastar sin certeza sobre los recursos disponibles», explicó. No obstante, resaltó el compromiso de Oddone con la estabilidad macroeconómica y el cumplimiento de la regla fiscal.

Para Díaz, la prioridad es «saber dónde estamos parados» antes de implementar cambios. Aunque evitó calificar la situación como catastrófica, insistió en que las cuentas públicas presentan grietas: «No es oro todo lo que reluce». Su postura contrasta con el tono moderadamente optimista del ministro de Economía, aunque ambos coinciden en la necesidad de reformas.

El desacuerdo refleja tensiones internas sobre cómo comunicar los desafíos económicos. Mientras Oddone busca proyectar estabilidad para mercados internacionales, Díaz enfatiza los límites fiscales ante demandas sociales. Esta divergencia podría influir en la coordinación de políticas, especialmente en temas sensibles como ajustes presupuestarios o aumento de impuestos.

Analistas consultados por este medio coinciden en que Uruguay enfrenta un equilibrio delicado: mantener la credibilidad financiera sin subestimar problemas estructurales. El país registra una deuda pública cercana al 70% del PIB y un déficit fiscal persistente, factores que exigen acciones coordinadas entre el Ministerio de Economía y la Presidencia.

LA REPUBLICA